Una “Ñ” Extranjera
En el valle de las letras había
llegado un señor con algo en particular, un sombrero. -Señor disculpe pero su
Sombrero ondulado lo puede dejar por aquí- ¡Ah Gracias, es muy amable de su
parte, pero ese sombrero no lo puedo dárselo. -¿Por qué?- Sencillo querida !
Discúlpeme usted! Mi nombre es “M” de Mayordomo. –Bueno señor mayordomo, mi
nombre es “Ñ” de ñame de los ñames de mi abuela, la Ñame mayor. –Ah ¿usted no
es de por aquí?- Obviamente que no soy de este lugar, mi nombre habla de la
región de donde vengo. Yo provengo de un lugar muy hermoso, con mucho color,
calor y olor y todo lo que termina en “or”- Perfecto, entonces tal vez usted
puede ayudarnos con un problema que tenemos en el pueblo, déjeme hacerle un
recorrido y le presento a algunos amigos.-Bien, pero le recuerdo que mi
sombrero no me lo puedo quitar.
Así ese día aquellas dos personas
comenzaron una amistad inseparable, pero ellos no lo sabían hasta que tuvieron
que enfilarse en el campo de las letras. El pueblo de la lectura era un lugar
muy lejano, fue olvidado por los humanos hace ya un tiempo, contaba la “M” al
visitante, al extranjero. –Observe usted que aquellas comas y puntos tuvieron que
dedicarse al dibujo porque ya nadie las utiliza, forman parte del arte pero son
muy mal pagadas por el pintor, él las utiliza debes en cuando y ellas se
encuentran tristes-. Recorrieron los lagos de la mente donde se bañaban los
recuerdos de las lecturas pasadas, estaban un poco desolado porque ningún niño
o niña leía en las mañanas. –Mire usted aquellas casas de las letras, antes se
veían relucientes, tan brillantes que el Sol envidiaba sus bellos techos, lo opacaba y la luna salía por las noches a ver su rostro en ellos.
_Aquella gente ¿Qué hace?-. Le
explico mi querido visitante, estas hermosas prosas y versos antes encantaban a
los muchachos y señoritas como música a sus oídos, tanto que ahora forman parte
de una orquesta con la música del pueblo. Vamos a conocerle.- Perfecto siga
usted adelante que yo lo sigo-. Mientras se acercaba al lugar de encuentro con
la “CHELERA” una señora que toca el Chelo, miraba que en el aire las nubes se
movían al son de las notas que venían del edificio pintado de Verde.
-Hola buen día hermosa señora
“CHELERA”- Buenos días Señor “M” de mayordomo, que le trae por acá.-Sencillo,
tenemos un extranjero que nos puede ayudar con el asunto este de la
lectura.-Ajá que bien mi hermano “M”, pero que puede hacer este que la música no
lo haya podido lograr.-Señora música usted solo ha podido alegrarnos, bailamos
todas las tardes pero nunca hemos podido resolver que nos vuelvan a leer los
niños y niñas, solo les gusta escuchar pero no leer. –Cierto tiene usted razón,
vamos a escuchar que nos comenta nuestro amigo. En ese instante interrumpe el
extranjero, diciendo: -La “Ñ” de los Ñames de mi abuela, soy venezolano y vengo
de Sur América, del secreto del Caribe mejor guardado. El pueblo de donde vengo
se conoce como Guanare, queda en un Estado llamado Portuguesa y su nombre se
debe a una expedición de Juan Fernández de León. El Valle del espíritu Santo de
San Juan de Guanaguanare es el primer nombre que llevaba este pueblito. Yo soy
llanero, como el topocho y el calor mismo que abunda en sus calles anchas y
largas. Mi madre me llamo “Ñ” por mi abuela llamada ÑAME, quien es muy conocida
en todos los caseríos del Estado. La señora “N” quien es mi mamá se casó con la
“T” en el río Guanare y de ese acontecimiento tan bonito salí yo, la “Ñ”, quien
vivía en los ñames de mi abuela, la Ñame Mayor-.
Cayó la tarde y todos fueron a
dormir, pero la “Ñ” no pudo porque era tan solidario que se quedó despierto
ideando un gran plan. Pensó que la única forma de hacer leer la gente, es que
dejaran de hablar, por lo que le pidió al Alcalde del Pueblo Lectura que
dictara un decreto de no hablar durante el día por motivos de contaminación
sónica. También les dijo que tenían que reunirse en las noches en un lugar
llamado el ABECEDARIO para conversar pero en voz baja.
La gente hizo caso por que sabía que
era por su bien para conseguir trabajo, en la lectura de los niños y niñas. Así
que todo el día transcurría en silencio y se vieron forzado a escribir y a leer
las órdenes que querían que los demás vieran y acataran.
Después de una semana la gente
empezó a utilizar la lectura, había muchos silencio, y los jóvenes extrañaron la música, por lo
que sus ánimos bajaron y dijeron: Busquemos que hacer. Una niña llamada “MIA”
salió al paso con prisa y dijo vamos a leer para divertirnos, ya que no hay
música.
Desde ese día en el pueblo de la
Lectura se hay mucho trabajo en el día por la lectura de los niños y mucha
música en el ABECEDARIO por las noches. La “Ñ” se retiró se hizo amigo del Club
del Abecedario que hasta hoy en día permanece junto a la “M” y sus amigos las
letras.
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